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Con más de 30 años de experiencia, esta artista veracruzana vive con pasión cada parte del proceso creativo.
Es la autora de la pieza tan espectacular que nos recibe en el nuevo showroom de Helvex Lab, donde miles de piezas conviven de manera magistral.
Conversamos con ella a pesar de la distancia (ella desde un bosque de niebla y nosotros en la capital mexicana) gracias a que la tecnología que nos hace sentir cada día más cerca.
¨Comencé hace más de 30 años a trabajar con la cerámica. Me inicié en los talleres de la universidad veracruzana. Ahí conocí a la maestra María Bofill, que era española. Con ella aprendí todo este proceso, la pasión por el fuego, por el resultado de una idea¨, recuerda Mariana.
Luego, siguió su camino artístico de la mano del maestro japonés Kitoichi Kishimoto que era sumamente exigente. ¨Lo que él me enseñó fue el oficio, a tornear. Él llegaba, teníamos 50 tazas o 50 platos y él escogía solamente una. En el momento era muy fuerte, pero después me sirvió mucho¨.
Aunque en la familia de Mariana no hay más artistas, reconoce cuánto la formaron para esta carrera. ¨Mi papá era comerciante, vendía zapatos. Era muy comprometido y apasionado.
Desde muy pequeñas nosotros íbamos a ayudarle. Eso se queda muy grabado y así aprendí sobre la disciplina. De mi mamá heredé el amor por las flores, el cuidado a los detalles¨, narró.
Sobre las etapas artísticas, Mariana nos comparte su relación tan estrecha con las vasijas porque las deja y siempre regresa a ellas. ¨Yo tomo la idea y lo hago mía, son como contenedores de emociones y de sentimientos. También hago escultura y murales¨.
Sobre las instalaciones, la veracruzana confesó cuánto disfruta hacerlas.
¨Es una pieza que no se va a repetir. Entonces, quien me pide una es porque conoce mi trabajo y confía en mí. Eso me da mucho gusto. Entonces primero voy, conozco el espacio, platico para saber qué idea tienen y hago la propuesta¨, agregó.
Para la instalación de Helvex Lab, Mariana visitó la planta y entonces, conoció más del proceso de cada pieza que sale de ella.
¨Quedé sorprendida, la verdad, porque nunca imaginamos todo el trabajo que hay atrás de lo que uno ya tiene en su casa. Esta instalación tiene que ver con el agua, con la tierra. Entonces trajimos de la planta elementos sobrantes, todo reciclado, además de las semillas que sí se hicieron con una muestra que llevé¨.
Para la artista, esta es su pieza favorita.
En el portafolio de la artista también destacan esculturas para parques, hoteles y casas particulares. Reconoce la labor de otros artistas que ponen el nombre de México en alto como Maribel Portela, Miriam Medrez, Gloria Carrasco, Betsabeé Romero, Paloma Torres, Gustavo Pérez y Javier Marín.
¨El oficio de la cerámica es realmente muy largo, llega a ser cansado, pesado y hay que aprovecharlo cuando estamos jóvenes¨, concluyó la artista, quien se inspira de la naturaleza, la lectura y el cine para su trabajo, pero en especial, de la conexión profunda consigo misma y con los momentos que vive.