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¿Sabes cuál es la diferencia entre realidad virtual y realidad aumentada?

¿Sabes cuál es la diferencia entre realidad virtual y realidad aumentada?

Seguro ya has escuchado alguno de estos conceptos últimamente, ya sea por los lanzamientos de visores y lentes como los recién difundidos Apple Vision Pro en los primeros meses del 2024 o por aquellos como los lentes inteligentes Ray Ban que ha promocionado Marck Zuckerberg. Pero ¿sabes la diferencia entre ambos conceptos y cómo sacarles provecho? Aquí te explicamos.

Primero, hay que decir que aunque parecen términos y conceptos recientes, y que aplican para escenarios futuristas al estilo películas de ciencia ficción, en realidad son más antiguos. Empecemos con la realidad aumentada. 

Este concepto, también conocido como AR, se refiere a una combinación del contenido que tenemos frente a nosotros (es decir el contenido real) con imágenes que produce un procesador y que superpone en esos escenarios reales. Así, nuestra visión se complementa con cosas que realmente no existen o que solo existen gracias a instrumentos específicos para verlos. 

La realidad aumentada se logró por primera vez gracias a Morton Heilig y su invención de 1957 llamada Sensorama, que era una máquina en la que se tenía una experiencia multisensorial inmersiva que incluía olores, sonidos y movimiento. A esta le siguieron prototipos de visores y lentes que permitían ver imágenes sobrepuestas, pero ninguno logró la comercialización necesaria. 

Desde entonces, uno de los proyectos más prometedores en AR fueron las gafas Google Glass promocionadas en 2012, y que prometían visualizar a través de un mini proyector diversas aplicaciones como el clima o el mail. Sin embargo, estas se desecharon antes de llegar a un nivel de perfeccionamiento. 

¿Qué tenemos hoy entonces en AR? Esta tecnología requiere de un instrumento tecnológico para que pueda funcionar. A partir de ahí se ponen los objetos en tamaño real, principalmente gracias a cámaras que captan las imágenes de la realidad. Su uso hoy se ha vuelto tan cotidiano que no parece extraño; el caso más claro son los filtros de redes sociales, pero también se ha extendido al diseño, el interiorismo, la medicina y la educación. 

Por su parte, la realidad virtual (VR) parte de la creación de un escenario ficticio. Es decir, esta tecnología oculta el entorno real para mostrarte elementos que no existen o que pueden estar distorsionados. El concepto se relaciona con la película Tron (1982), en la que se imagina por primera vez este sistema futurista, y comienza a materializarse en los videojuegos hacia los 90. Pero es hasta 2014 cuando comienzan a comercializarse los visores de realidad virtual por diversas compañías de tecnología. 

Uno de los usos actuales más comunes de la realidad virtual está en la educación y las experiencias culturales, así como en simuladores (por ejemplo, de vuelo) y por supuesto en los videojuegos. Pese a ello, hay también sectores de la sociedad que ponen en duda los beneficios y hasta cuestionan posibles desventajas de esta tecnología, como problemas de salud mental, aislamiento social y dependencia de los visores para distorsionar el entorno.

De cualquier manera, AR y VR nos están dando una forma diferente de enfrentarnos al mundo. Los dispositivos para ambas comienzan a hacerse más populares y en algunos casos mezclan ambas opciones para crear la llamada realidad mixta, es decir, interactuar con objetos reales en un mundo virtual o reproducir elementos virtuales en el mundo real. Así que no será raro que esta tecnología tome cada vez más relevancia en nuestra vida y en la manera cómo vemos el mundo. ¿Tú qué piensas?