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Carlos Aguilar Hernández, de GVA, una de las firmas de arquitectura más importantes de nuestro país, conversó en exclusiva con Vida Deco.
Desde sus oficinas en República Dominicana y ante nuestra pregunta (de citadinos deseosos de playa) el creador confesó que sí disfruta de las aguas caribeñas mientras practica uno de sus hobbies: el skysurfing.
Carlos es el único arquitecto de la familia. De niño miraba, anonadado, los grandes edificios y le preguntó a su mamá quién era el encargado de hacer semejantes construcciones.
Así, supo desde pequeño a qué se quería dedicar y hoy en día lleva el nombre de México por el mundo a través de sus creaciones.
Al recordar sus tiempos de estudiante, Aguilar reflexiona sobre lo que le falta a la carrera. ¨Sales con muchas ideas y poca noción de cómo hacer negocios.
Tratamos de idealizar con el arte, el humanismo y aunque sí tiene que ver, nunca nos educan en ese sentido. ¿Qué conlleva tener un despacho? Al ser creativos, el ego es grande y se sueña con tener tu propia firma. Me había gustado, también, tener más conocimiento de hospitality¨.
En GVA, a decir de Aguilar Hernández, son arquitectos espaciales ¨y no porque hagamos cosas en la luna¨, aclaró. ¨Creemos en el espacio por sí mismo¨.
Durante el proceso creativo, el experto declaró ser su propio enemigo. Se cuestiona una y otra vez, cuanto sea necesario, para dar siempre lo mejor. Si no creen en un proyecto de la manera en que lo visualiza el cliente, le hace ver que ese no es el camino a seguir. ¨Es importante conocer quién va a habitar el espacio.
Si es una casa, preguntamos qué es lo primero que hace al llegar. ¿Se quita los zapatos? ¿Abre el refrigerador? Contamos historias y cada proyecto lo refleja¨.
Para Carlos y su equipo, el proyecto más importante es el último entregado. Lo que aprendió, lo bueno y lo malo. ¨Cada uno va dejando una experiencia que aplicas en el que sigue. Entender los errores y siempre lograr un impacto positivo en la comunidad¨, asegura.
¿Qué le gustaría tener, cuando parece que ya todo el camino está andado en una maquinaria que funciona muy buen engranada? ¨Tiempo¨, responde sin dudar. ¨Hacer pausas, tener espacios para la reflexión, hacer un análisis¨.
La cabeza de GVA en República Dominicana, donde por cierto la empresa ha construido muchos hoteles que miran al mar, se siente orgulloso de sus raíces y de la arquitectura que se hace en México. Hay creadores jóvenes que usan materiales locales y lo llevan a un lenguaje contemporáneo.
El arquitecto asegura que Helvex los ha ayudado a poner en alto el nombre de México por la calidad de sus productos y sus características que se adaptan al diseño.