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Reconocer lo que está sucediendo y aprender de cada acontecimiento.
Quedarnos solamente con el aprendizaje, sin agregarle pensamientos negativos o sufrimiento añadido.
Estar aquí y ahora, dispuestos a mantener la frente en alto.
Respirar, siempre respirar (pero conscientemente).
¿Suena bien? ¡Sin duda alguna!
Aunque el Mindfulness se relaciona con ciertas religiones, no hay nada más lejano que eso. En realidad, es una práctica que va más allá de creencias, nacionalidades y estilos de vida.
Según mindfulness-salud.org, esta práctica se está integrando a la Medicina y Psicología de Occidente.
Es aplicada, estudiada científicamente y por ello reconocida como una manera efectiva de reducir el estrés, aumentar la autoconciencia, reducir los síntomas físicos y psicológicos asociados al estrés y mejora el bienestar general.
Entre los beneficios del Mindfulness destacan:
Estar en el presente Conexión consigo mismo Mayor claridad mental Más calma para enfrentar los momentos negativos Sentirse en equilibrio Aumento de la inteligencia emocional Mayor aceptación de sí mismo
Mireia Hurtado, psicóloga experta en el tema y colaboradora de petitbambou.com explica que “la práctica del mindfulness ayuda a poner distancia a los pensamientos, y llevar la atención al resto de cosas que la vida ofrece.
El día a día puede estar lleno de pequeñas oportunidades de disfrute y conexión como, por ejemplo: una llamada a un amigo, tomar una infusión en un lugar tranquilo apreciando los aromas, un paseo, dar un abrazo, cocinar o incluso ordenar algún espacio.
Cualquier actividad practicada con consciencia plena, puede ser una oportunidad para llenar la vida de matices agradables, placenteros y minimizar así el estrés vivido en este periodo tan particular”.
¿Qué podemos hacer en nuestro día a día?
Aunque nos acerquemos a un experto o a una herramienta para integrar el mindfulness a nuestra vida, hay pequeñas acciones que harán la diferencia. ¡Empezarás a notarlo de inmediato!
Llevar un diario de gratitud. La práctica de la gratitud ayuda a corregir el sesgo que tiene la mente de engancharse con lo negativo. Con la gratitud se lleva la atención a las cosas buenas que ofrece la vida día a día.
Hay que recordar que nada es permanente. La vida está llena de experiencias cambiantes, y esto también pasará.
Practica la autocompasión. Aprender a ser amable con uno mismo cuando se sufre, igual que se es con otras personas.
Recuerda que sentirte bien, cómoda y en paz en el espacio que habitas es también importante. Ahora, que sí estamos más tiempo en casa, descubrimos que es nuestro oasis y que vale la pena tenerla bonita. Arrancar con un proceso de renovación en tu espacio favorito, ayudará a consolidad todo lo anterior.