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Del 20 de noviembre al 18 de diciembre se llevará a cabo la justa futbolística más esperada. Y, aunque el deporte del balón es razón de sobra para acaparar la atención de millones, hay otras razones por las que se está hablando de este encuentro: sus estadios.
El ya famoso estadio 974, joya de la firma Fenwick Iribarren Architects, está construido de una manera singular. Es difícil de imaginar, pero está hecho a partir de contenedores. De esta manera, además de su diseño tan diferente, es un claro ejemplo de cómo reaprovechar recursos. También, representa un guiño al pasado, pues el distrito donde se levanta, el Ras Abu Aboud, era antes una zona industrial.
Lo anterior es sólo el inicio: se podría decir que es el primer estadio itinerante, pues lo han concebido de tal manera que se puede desmontar en su totalidad.
El recinto, donde por cierto México jugará en un partido inaugural el 22 de noviembre, albergará a 40 mil aficionados. Para construirlo, se usaron 974 contenedores, de ahí su nombre. Pero la cifra no es una casualidad: es la clave telefónica para llamar a Qatar.
Otra de las razones que lo hacen ¨más verde¨ es que su diseño abierto y su ubicación estratégica tan cerca del mar, lo provee de una brisa que contrarresta el calor de esa región del mundo. No será necesario aire acondicionado en el 974.
Este estadio tiene zonas VIP con todo el confort imaginado, un código de colores para señalizar cada área y hasta un baño en el pasillo entre los vestidores y la cancha en el que se lee Last Minute Toilet.
Entre los elementos constructivos tan peculiares y que gran parte del material de demolición de la zona se usó en el estadio, esta obra se llevó cuatro estrellas del Sistema de Evaluación de la Sostenibilidad Global (GSAS).
Los estadios de Qatar están sentado un precedente. ¿Los que están por construirse serán ¨convencionales¨? Lo dudamos mucho...