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Los espacios iluminados son lindos. Se antoja poner una planta justo donde entra ese rayito de sol y se convierte, de inmediato, en un lugar acogedor. Está comprobado, además, que la luz natural reduce la tensión ocular e incluso, la irritabilidad.
Una manera de aprovechar la luz en casa es con la instalación de un vitral de colores. Si la residencia es minimalista, lo indicado será un domo rectangular. Y para casas estilos coloniales, los ventanales de doble altura quedan de maravilla.
Es importante tomar en cuenta que no todos los espacios necesitan el mismo nivel de luz. En las áreas que son más íntimas, como las recámaras y los baños, hay que controlar la privacidad. Mientras, en la cocina o en la sala, las ventanas que dan al jardín son perfectas.
Recuerda que luz natural, al despertar, otorga mayor energía. Además, es la única con la que serás capaz de ver realmente como luces (tanto en maquillaje como en tu atuendo). Lo mismo aplica para el baño.
Prefiere colores claros para las paredes y también, para las telas. Crean una sensación integradora entre los ambientes exteriores y el espacio interior, potencializando la luz. Y recuerda que los espejos son buenos aliados.
Para efectos de contribuir con el medio ambiente y ahorrar energía, es evidente que si un inmueble tiene entradas de luz natural consumiremos menos electricidad.
