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La idea de pasar días viajando para llegar a un destino remoto, es cosa del pasado. Un vuelo de Turkish Airlines nos llevó en 14 horas al corazón de Turquía.
De sólo escuchar su nombre, esta ciudad se antoja enigmática y maravillosa.
Les confieso que la realidad superó las expectativas. ¿Qué fue lo que más me gustó? Aquí les dejo 5 razones para enamorarse, perdidamente, de Estambul.
Dos Continentes, una ciudad
Estambul se divide entre Europa y Asia. Bastarán pocos minutos para estar en un lugar o en el otro. Al inicio de nuestro viaje le preguntábamos al guía de Mega Travel dónde estábamos. ¡Era fascinante! Luego de pocas horas, aprendimos a ubicarnos perfectamente.
Descubrirla desde el agua
Estambul hay que navegarla, así que un infaltable para quien la visita es flotar sobre el Bósforo y gozarla desde el agua. Este estrecho que conecta al Mar Negro con el de Mármara, es la herida natural entre Europa y Asia.
Gálata, su torre y su puente
Mi zona favorita de la ciudad fue, sin duda, la de Gálata.
Su torre es uno de los atractivos turísticos más famosos de Estambul. ¡Vale la pena subir a lo más alto! Si van al atardecer, apreciarán cómo todo se pinta de dorado. Simplemente mágico. Luego, hay que atravesar el puente.
Al caminarlo, entenderás por qué tantos artistas se han inspirado en su vista para crear algunas de sus más grandes obras.
Mercados y bazares
Si le dices a tus amigos que vas a Turquía, te van a encargar algunas cosas (tés, ojitos para protección, artesanías, chocolates, dulces típicos). Cuando estés allá entenderás por qué.
Y aunque traten de persuadirte para que vayas a otros lados, la verdad es que hay dos sitios donde podrás encontrar muchas tentaciones.
El primero es el Gran Bazar, uno de los más grandes y antiguos del mundo. Tiene más de tres mil 500 tiendas y sus simpáticos vendedores empezarán a hablarte en español de inmediato.
Mientras tanto, el Bazar de las Especies, tiene todo lo que hace a su cocina muy especial.
¡La comida!
Imagina un desayuno que llene tu mesa de quesos exquisitos, semillas, panes recién horneados, frutos secos, canastas de frutas, café y té. ¡Así se arranca el día en Turquía!
Para seguir y después de recorrer sus calles, qué tal deleitarte con cordero (acompañado de arroz al vapor y verduras), brochetas, sopa de lentejas, el famoso kebab y el Pide (pizza turca).
Ojo: siempre dejen espacio para los postres. Su fama está muy bien ganada. Son exquisitos.
Siendo honestos, 5 razones son pocas.
Estambul es una ciudad que vive con magia y la transmite.
Escuchar sus llamados al rezo, a las gaviotas y su gente amable es el inicio de una tremenda aventura. Una vez allá, sigan camino a Capadocia: si el clima lo permite, harán el vuelo en globo más memorable de sus vidas.