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Osoji, un ritual que limpia espacios y mentes

Osoji, un ritual que limpia espacios y mentes

La cultura japonesa tiene prácticas sabias que nos hacen bien, sin importar en qué pate del mundo vivamos. 

Hoy hablaremos de una de ellas, que, si la llevamos a cabo, mejorará significativamente nuestro mood.

¿Cuántos espacios tienes en casa que usas poco? ¿Cuántos de estos acumulan objetos que apenas tocas? Quizá te suene familiar.

Si es así, bienvenida al club: ese pequeño almacén a la vista de todos y que está lleno de cosas que no nos decidimos a tirar por su valor sentimental o por dejadez, es materia dispuesta para el Osoji. ¿De qué se trata?

Aunque este ritual cobra vida con mayor fuerza a final de cada año, los nipones recomiendan hacerlo con frecuencia.

El Osoji, que significa algo así como gran limpieza, propone hacer esta actividad, a profundidad, en los espacios donde estamos con mayor frecuencia. Esto es la casa, la oficina y demás recintos colectivos.

Aunque el Osoji se enfoca más en
la limpieza material, no deja de lado
la espiritual. De hecho, propone hacerlo
cada día, dejando atrás rencores,
malas experiencias y a la gente
que no nos hace bien.

Un ritual en familia

Para los japoneses, esta gran limpieza debe ser realizada por todos los integrantes del hogar. La idea es arrancar en el sentido de las manecillas del reloj e ir de cuarto en cuarto.

No deben pasar al siguiente sin terminar el primero. Lo que se va a la basura se coloca en bolsas y las donaciones, en cajas.

Debes poner especial énfasis en los rincones olvidados. No conviene dejar bolsas vacías y hay que concentrarse en todos los objetos que acumulan polvo, como las lámparas y los edredones.

El Osoji está a favor de la reutilización, por lo tanto, es momento de reparar lo que está dañado y que tiene posibilidad de una segunda vida. 

En caso de que tu espacio tenga dos plantas, debes empezar siempre por la de arriba. El ritual incluye ser cuidadosos con los muebles y demás objetos, haciendo un honor silencioso al esfuerzo que representó adquirirlos.

No te olvides de tu clóset. Seguramente ya escuchaste a quienes dicen que, si no lo usas hace un año, no te lo pondrás jamás.

Es momento entonces de sacar y donar a quienes sí lo necesitan. Dejarás espacio para nuevas prendas y también, para tener fácil acceso a las que ya tienes.

Osoji es tan completo, que los japoneses checan incluso todos los papeles y recibos que se acumulan inevitablemente.

Checa las bolsas de la ropa, de tus carteras y tu escritorio: por muy organizada que seas en tu día a día, encontrarás mucho que desechar.  

Para que este ritual japonés sea realmente efectivo y diferente a una limpieza de rutina, dedícale un día completo -hay quienes necesitarán más-.

El suelo se deja para el final y cuando acabes, estarás lista para recibir un nuevo día -o nuevo año- con energías renovadas.

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