Quizá te ha sorprendido cuánta basura generamos. Aunque sean pocos en casa, a veces parecemos un equipo de muchos integrantes. Y cada uno, desde su trinchera, recicla e intenta reducir los desperdicios innecesarios y contaminantes, pero lo cierto es que queda mucho camino por andar. ¿Cómo empezar? Hay algunas acciones más simples de las que […]
Quizá te ha sorprendido cuánta basura generamos. Aunque sean pocos en casa, a veces parecemos un equipo de muchos integrantes. Y cada uno, desde su trinchera, recicla e intenta reducir los desperdicios innecesarios y contaminantes, pero lo cierto es que queda mucho camino por andar. ¿Cómo empezar? Hay algunas acciones más simples de las que crees y entre ellas está el uso del papel sanitario.
Lo primero que debemos hacer es asegurarnos que su fabricación venga de fuentes sustentables. Muchas veces su huella de carbono es altísima, pues incluye desde la tala de árboles hasta su transportación a los centros de consumo. Y ni hablar de la huella hídrica y el uso exceso de cloro y otros químicos porque ¨mientras más blanco, mejor¨.
Lo mismo pasa con las toallitas húmedas, de hecho, estas representan un grave problema para toda la red de aguas de las grandes ciudades. ¿Qué hacer entonces?
Una de las grandes soluciones al tema de la contaminación por el papel de baño es el uso del bidet. Seguro te resulta conocido porque antes se estilaba mucho, en la casa de los abuelos probablemente tenían uno ¿lo recuerdas? Después fue desapareciendo por diversos motivos como el espacio de los baños.