El acceso al agua ha sido una necesidad del ser humano desde tiempos inmemorables. Por esta razón, las civilizaciones siempre se han sedimentado cerca de lagos y ríos. Durante miles de años esto ha desencadenado innovaciones tecnológicas para el uso de este líquido vital, incluidas aquellas para su drenaje como las coladeras de baño.
La evolución de las coladeras es un reflejo del desarrollo tecnológico de los espacios en casa. Han pasado desde ser soluciones prácticas, hasta convertirse en piezas de diseño que combinan funcionalidad y estética. A continuación, exploraremos cómo han pasado de ser simples desagües a elementos clave en el diseño moderno del baño.
Los sistemas rudimentarios de drenaje en la Antigüedad
La necesidad de drenar agua y mantener los espacios secos es tan antigua como la historia de la civilización. Cerca del año 3,200 a.C., los pobladores del Valle del Indo utilizaban coladeras sencillas hechas de agujeros en el suelo para encauzar el agua al producirse inundaciones o desechar aguas residuales. Se permitía que el agua fluyera hacia las cloacas o vertederos, evitando encharcamientos y malos olores.
Por lo general, este modelo se mantuvo hasta cerca del siglo I a.C., en la época del Imperio Romano. Con la expansión de las civilizaciones, vino un nuevo adelanto a lo que se le denominó la cloaca máxima. En un principio, era un canal de agua dulce abierto, pero con los años se convirtió en un sistema complejo de canales de piedra o cerámica subterráneos que albergaban los desechos de toda la ciudad.
Europa estancada en coladeras, Medio Oriente y México prehispánico a la vanguardia
La decadencia de la infraestructura pública en la Europa Medieval provocó un estancamiento en el desarrollo del drenaje. Los sistemas rudimentarios seguían presentes en los castillos y fortalezas. Mientras que, en la población general, los desechos se tiraban por la ventana o había personas encargadas de transportarlos al desagüe más cercano. Incluso, aun cuando en el Renacimiento y la Ilustración hubo avances tecnológicos en otros aspectos, este problema se mantenía, provocando crisis sanitarias como la Peste Negra.
Por otro lado, en otras regiones las soluciones de drenaje eran más sofisticadas, pese a que las coladeras para baño aún no eran muy modernas. En el Medio Oriente, las aguas residuales tenían una tubería independiente hacia los pozos negros, mientras que la lluvia era conducida a cisternas para su uso posterior. En México Tenochtitlan, se construyeron albarradones o diques para reducir el impacto de las inundaciones. Estos sistemas fueron precursores para el desarrollo posterior de los alcantarillados modernos.


De la Revolución Industrial a los sistemas de coladeras modernos
En el siglo XIX, con el auge de la Revolución Industrial, los sistemas de plomería modernos comenzaron a tomar forma. Las coladeras se integraron en los hogares como parte de un enfoque más higienizado y funcional. Se empezó a utilizar materiales más resistentes como hierro fundido, cobre y latón para su fabricación y se incorporaron sifones para bloquear el paso de olores. Además, las coladeras para baño cuadradas y redondas se volvieron comunes debido a su facilidad de instalación y funcionalidad.
Para el siglo XX, con la llegada de nuevos materiales y necesidades en los espacios modernos, se volvieron más accesibles y eficientes. En México, se adoptaron también estas innovaciones durante el Porfiriato. Sin embargo, entre los 50 hasta los 2000, empresas como Helvex marcaron un punto de inflexión en la industria, creando algunas innovaciones, que combinan funcionalidad y estética:
●Coladeras con rejillas decorativas que agregaron un toque estético.
●Sistemas de drenaje lineal para diseños minimalistas y modernos.
●Introducción de sellos hidráulicos que mejoraron la higiene y redujeron olores.