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Día Mundial del WC 2025: inversión, saneamiento y equidad para un futuro digno

Día Mundial del WC 2025: inversión, saneamiento y equidad para un futuro digno

Día Mundial del WC 2025: inversión, saneamiento y equidad para un futuro digno

Cada 19 de noviembre el mundo conmemora el Día Mundial del WC, una fecha que busca generar conciencia sobre la crisis mundial del saneamiento y recordar que el acceso a un baño digno, seguro y sostenible es un derecho humano fundamental. Para este año, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) eligió el tema “Saneamiento en un mundo cambiante”, con el lema “Siempre necesitaremos el baño”, un llamado a reconocer que, sin importar cuánto evolucione la tecnología o las sociedades, la salud y la dignidad de las personas seguirán dependiendo del acceso universal a servicios sanitarios adecuados.

De acuerdo con la ONU, tres mil 500 millones de personas en el mundo aún viven sin servicios de saneamiento seguros. Esta falta de infraestructura implica que los desechos humanos terminan en el entorno. Cada año, más de 560 mil personas mueren por causas relacionadas con el saneamiento inseguro y mil niños menores de cinco años pierden la vida cada día por enfermedades que podrían prevenirse.

El problema no se limita a los países de bajos ingresos. En todo el planeta, los sistemas de saneamiento enfrentan presiones crecientes debido a la infraestructura envejecida, la falta de inversión pública y privada y los impactos del cambio climático. Las inundaciones, sequías y tormentas extremas alteran los sistemas de drenaje y tratamiento, afectando tanto a comunidades rurales como urbanas.

 

Garantizar el acceso a baños seguros y sostenibles es una cuestión de salud pública y una inversión estratégica en desarrollo y productividad. La ONU estima que el mundo necesita avanzar cinco veces más rápido para cumplir con el Objetivo de Desarrollo Sostenible número 6: agua limpia y saneamiento para todos en 2030. A su vez, el Banco Mundial ha calculado que cada dólar invertido en saneamiento genera hasta cinco dólares en beneficios económicos, gracias a la reducción de enfermedades, mejora en la productividad e impulso al bienestar social.

En el caso de México, aunque el país ha avanzado en cobertura, todavía existen brechas significativas. De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), alrededor del 6 por ciento de las viviendas no cuenta con sanitario de uso exclusivo y cerca del 9 por ciento carece de conexión a drenaje. En las zonas rurales, estas cifras pueden duplicarse.

El déficit sanitario en México no solo afecta la salud pública, sino también el desarrollo económico. Las enfermedades transmitidas por el agua, como las gastrointestinales y parasitarias, provocan ausentismo laboral y escolar, aumentando costos de atención médica e impactando en la productividad, lo que se podría disminuir con inversión en saneamiento y tratamiento de aguas, pues México trata sólo 41 por ciento del agua residual que recolecta, mientras que naciones como Israel reutilizan más del 85 por ciento. 

La crisis del saneamiento también es un tema de equidad y derechos humanos. La ONU ha acuñado el término “equidad en el acceso al baño”, que se refiere a garantizar que todas las personas, sin importar su género, edad, situación o condición económica, tengan acceso seguro y digno a un sanitario. En este contexto, las mujeres y las niñas son las más afectadas por la falta de baños adecuados. En muchas comunidades y espacios públicos del país no hay instalaciones separadas ni privadas para ellas, lo que las obliga a desplazarse largas distancias, afectando su asistencia escolar, especialmente durante la menstruación, limitando su participación social y laboral. 

La equidad en el saneamiento también implica considerar a las personas mayores y con discapacidad, para quienes el simple acto de ir al baño puede ser una experiencia insegura o inalcanzable. Asegurar baños accesibles, seguros y bien distribuidos en espacios públicos es una condición básica para construir comunidades más inclusivas y saludables.

México, al igual que muchas naciones, enfrenta el reto de invertir más y mejor en infraestructura sanitaria, promover soluciones tecnológicas adaptadas a su diversidad geográfica y social, y garantizar que el saneamiento sea parte central de su política de desarrollo. La colaboración entre gobiernos, empresas y sociedad civil será clave para transformar esta realidad.

En este contexto, Grupo Helvex representa un ejemplo del compromiso empresarial con el derecho al saneamiento y el uso eficiente del agua. Desde hace 75 años, la compañía mexicana ha desarrollado innovaciones que promueven la eficiencia hídrica, la educación ambiental y la equidad en el acceso a productos sanitarios de calidad. A través de su portafolio sustentable, donde destacan sus mingitorios secos y el WC Sustenta, el inodoro mecánico de menor consumo de agua en el mundo, su programa Distintivo Hotel Hidro Sustentable y las iniciativas de Fundación Helvex, la empresa impulsa una visión en la que la tecnología, la responsabilidad social y el diseño convergen para garantizar que más personas puedan ejercer un derecho tan básico como universal: contar con un baño digno, porque sin saneamiento no hay salud, sin baños no hay equidad y sin inversión no hay futuro sostenible. 

En un mundo cambiante, como dice el lema de este año, que avanza hacia la digitalización y la inteligencia artificial, resulta increíble que millones de personas carezcan de algo tan básico como un inodoro. La lección del Día Mundial del WC 2025 es clara: la dignidad comienza con un baño.